LAS BUENAS VAN AL CIELO, LAS MALAS A TODAS PARTES


Nuestros mayores cometieron grandes errores; el peor: dejarse contagiar por la modernidad y sus ideas de progresismo y liberalidad… aunque sería más fácil decir nihilismo.

Que nostalgia causa ver a las parejas de ancianos y sus caducas costumbres. Aquellas como ceder el paso a una dama o castigar al vulgar que se pase con alguna frase subida de tono. Es común ver a los viejos disfrutar cosas como un paseo bajo el sol o una conversación con un café, y a la vez; la de las generaciones posteriores que no entienden la felicidad de una vida simple y sin complicaciones. Los inmaduros “ciudadanos”, no pueden entender que alguien no se pase el día y la noche en idear miles de maneras de hacer dinero y de cómo gastarlo. Se devanan el seso tratando de justificar que tales actitudes son cosas de la edad… se creen previsores ante el futuro y se ilusionan en que si continúan tal camino no serán “viejos aburridos” como aquellos a los que critican.

Que no nos sorprenda, que la prole contemporánea, juzgue de anacrónicas las costumbres como la caballerosidad y la cortesía; y por el contrario, cosas como la vulgaridad y la falta de recato como el ideal a seguir. De la misma manera, la costumbre de exaltar las bajas pasiones y relacionarlas con la mujer.

¿A donde se fueron las damas dignas y puras de las que nos hablaban nuestras abuelas?

A partir de la pubertad, las chicas entienden que el sexo es un ARMA DE PODER sobre los hombres, han sido adoctrinadas con años de televisión y películas; con telenovelas y literatura “romántica”, con mundos de arcoíris y amores ideales. Y tal obsesión por creer que la vida es una eterna búsqueda y a la vez espera de un conquistador… que les dura hasta la vejez. Viven en un mundo de cartón pegado con ilusiones, en donde el amor llegará por alguna causa medio mística y predestinada a la vez. Pero al mismo tiempo, deambulan en un eterno ir y venir de aprovechados que les dicen “eres bonita” de tres o cuatro formas distintas; para que ellas se terminen entregando por completo, hasta que el se canse y la deje con “los churos hechos”. Este eterno retorno de lo mismo (de la misma historia) pareciera ser el canon a seguir en la sociedad.

¿En que punto de la historia se dieron la vuelta los valores e ideas tradicionales de que una mujer se haga respetar?

El hombre propone y la mujer dispone, escuchamos muchas veces; pero no puede dejar de causar admiración cuan dispuestas están la mayoría de mujeres “modernas”.