YO TENIA UN DORADO PLACER


La invasión extranjera al Ecuador no es algo nuevo. Todos sabemos y sufrimos la globalización con todos sus efectos, incluso los más insospechados. Hordas de colombianos, peruanos, cubanos y chinos vienen a parasitar esta tierra. Sueñan con ganar en dólares, sin entender que este país es igual de miserable que aquellos del cual salieron. Así como a los ecuatorianos nos odian en España, en Ecuador odiamos a los colombianos. No solo porque representan el 15% de nuestra población carcelaria, sino porque siempre están relacionados de alguna u otra manera con los delitos. Para quien tenga espíritu de madre Teresa, y crea que no se debe culpar a un pueblo por unos cuantos malos representantes (esto por cierto, es la base de la democracia) que vaya cinco minutos al penal García Moreno o a la penitenciaría del Guayas, a ver si no distingue a estos insignes vecinos del norte, como una población dignamente representada en tal recinto.

Los colombianos están hasta en la sopa, literalmente, solo basta ver la cantidad de restaurantes que poseen. No nos sorprende que quieran lucrar de nuestra comida. Pero lo que si resulta imperdonable es que se hayan apropiado de nuestra bebida!

Una firma colombiana compró el paquete accionario de cervecería nacional. Como pudo ser posible? Aun nos lo preguntamos los pocos cerveceros nacionalistas que veíamos en la pilsener un símbolo nuestro. Y como si el pecado de vender el patrimonio nacional, no fuera suficiente, vienen a dañar el sabor de tan insigne elixir dionisiaco!

Hasta donde se sabe, la venta de esta empresa colombiana (aquella que se dice nacional… de ecuador digo) a una empresa británica está en negociaciones hasta donde se conoce. Y luego que vendrá? Los ingleses nos pondrán su sabor y todo el conjunto esotérico que eso conlleva…

La pérdida de conciencia nacional empieza desde el propio cuerpo.