Por Proletario Bienavido PérezEl simple hecho de trabajar es increíble. Quién diría que después de tres siglos en los que las izquierdas y derechas se pelearon la hegemonía del mundo, ambas consiguieron sus objetivos y vivieron de la mano? Como que no? Ambas definen al (animal) humano desde el materialismo. Para las dos el hombre es lo que tiene y lo que puede producir y consumir. Entonces ambas ganaron y los millones de muertos en tanta guerra tuvieron sentido. Qué bueno que no fueron en vano. Hubiese sido preocupante que todas las guerras de monopolios energéticos, de guerrilla, de contraguerrilla, de religión, de credo, las guerras reales y las inventadas… no hubiesen cimentado este hermoso mundo en donde lo único que existe en el día a día es el trabajo.
Hay que agachar la cabeza y postrarse ante aquella maravillosa energía que nos proveyó un mundo en donde ser un animal de trabajo lo es todo; sea la que sea… vaya que fue magnánima al dejarnos caer en las manos del materialismo y que todos nuestros objetivos en la vida se vean plasmados en la sumisión que tenemos ante un montón de átomos organizados llamados materia.
Me encanta que todos mis objetivos de vida se resuman en proveer de cosas a mis hijos. Esto me produce satisfacción aunque un tremendo vacío porque siempre quiero más. Eso por eso que yo creo que la ambición es muy normal y nunca debe ponérsele límites. Yo también puedo ser de esas personas que cuentan por millones sus posesiones… si me esfuerzo y hago las cosas como se me ha enseñado.
Lo que más me sorprende es que en promedio se trabajen diez horas diarias. Debería ser obligatorio hacerlo por más tiempo porque eso nos daría más dinero y nos permitiría tener más cosas y por lo tanto ser más felices. Es una lógica muy básica y cualquiera la entiende.
Es por eso que yo te llamo a ti, hermano trabajador, a que dejes a tu familia y a tus ridículos idealismos y trabajemos de la mano; todos juntos! Para que ganemos mas y podamos gastar más! Para que podamos acceder a mas bienes y servicios! Para que democraticemos hasta la mas mínima actividad y todo sea parte de este hermoso sistema llamado existencia!
Manos a la obra… a trabajar sin descanzar!