DICCIONARIO ANTIHUMANO 13

Ardor.- Sensación que recuerda a la primera noche en una cárcel.

Bofetada.- Aplacador de las ansias femeninas. Se comenta en los círculos aristocráticos de esta efectiva manera de poner a las mujeres en su lugar. Antiguamente se lo usaba en mulas, pero al ver la efectividad en el género femenino; se empezó a usar en éstas últimas. Todo este transcurrir punitivo hizo pensar a ciertos evolucionistas que la mujer es una mula evolucionada. Este debate se ha extendido entre los expertos dada la fuerza de los argumentos.

Cárcel.- Centro de estudios superiores de criminalidad. La policía se cerciora de que quien entra en una; salga con estudios de tercer nivel en delitos mayores, extorsión, perversión y homosexualismo.

Clarinete.- Instrumento de tortura auditiva. Se lo solía fabricar a partir de las piezas de un antiguo fusil. Es por eso que ambos tienen un sonido tan espantoso.

Eyaculador precoz.- Verdadero hombre que no se traga esa leyenda urbana que dice que las mujeres sienten placer.

Felación.- La única cosa positiva para la que sirve la boca de una mujer.

Genoma humano.- Principal enemigo de la política. Ésta última lo odia porque deja en evidencia que todos somos diferentes; lo que constituye una herejía en el dogmático mundo democrático.

Hiperbórea.- Hogar ancestral al que regresaremos.

Nietzsche, friedrich.- El mejor psicólogo que haya producido alemania. De todos los numerosos aportes que hizo a esta ciencia, el mayor fue revelar que la sumisión a dios hace que el humano se desconecte de la divinidad increada.

Sacristía.- Teatro en donde se desarrola una comedia en donde un personaje finge estar arrepentido a cambio de una ilusión de perdón. El drama termina con un idiota de rodillas bajo una cruz y un crucificado que no puede evitar sentir satisfacción. Hay quienes tienen dificultad en definir cual de los dos es mas morboso.

Salario digno.- Utopía.

Sandra.- Experimento antropológico, que trata de definir hasta donde se puede manipular a una mujer.

Sucre, antonio josé de.- Cobarde cuyo silencio se compró con su imagen estampada en una moneda que solo se recuerda. Se tiende a pensar que tal moneda fue igual de silenciosa que el dueño de la efigie.