SOBRE LA SEGURIDAD SOCIAL

Del montón de aberraciones de la modernidad, una de las peores y de la cual; el “falseador de la cultura” se aprovecha más para destruir a los pueblos, es la falta de seguridad social. Es el colmo escuchar de los iluminados empresarios, frases como: “es una ventaja competitiva el no afiliar a los empleados”, o quizá “las empresas tienen una gran carga impositiva por concepto de seguridad social” e imbecilidades por el estilo.

¿Cómo puede trabajar una persona si no está sana o si le cuesta una fortuna estarlo?

Ésta es la más simple de las preguntas que los brillantes dirigentes empresariales no pueden hacerse. Están convencidos que la salud es inherente a la pobreza… y por eso el empleado debe rendir interminables horas de producción, separado de su familia y con la carga psicológica de que la ausencia de dinero hace imposible la manutención, con la consecuente baja en la cantidad y calidad del trabajo realizado.

La seguridad social es un derecho INALIENABLE del trabajador. Tiene un sentido de proporcionar bienestar a un teórico bajo precio. No es algo que se escoge o se proporciona en base a criterios acomodaticios como cree el gerencial estrato. Si bien es cierto que el trabajador recibe un sueldo, no debe considerarse a éste el único intercambio por el trabajo realizado; o si no estaría justificado que el trabajador, una vez cobrado su remuneración, fuera del lugar de trabajo incluso asalte a sus propios jefes con la excusa de que en la calle ya no tiene obligaciones para con ellos.

El trabajo es una RELACIÓN DE INTERCAMBIO. Todo trabajador es también un consumidor a la vez de otros bienes y servicios producidos por otros trabajadores. Tal relación debe ser de igual proporción entre lo que se entrega en el día a día de trabajo y las remuneraciones monetarias y demás beneficios laborales. Y es precisamente ahí donde el “falseador de la cultura” aprovecha como en todo, para desequilibrar esas relaciones de igualdad y sacar partido por uno u otro lado. Por eso siempre ellos han estado atrás de las “ideologías” desequilibrantes como neoliberalismo o socialismo (de moda actual) en donde pretenden desbalancear la relación y acumular beneficios en alguno de los dos aparentes bandos.

Para liberarnos de la opresión materialista, se debe REFUNDAR la idea y concepción de TRABAJO, como una relación de igual entrega y recepción… en otras palabras JUSTICIA!

Solo de esa manera se puede trascender el sistema materialista en el que se vive, recordemos que el caldo de cultivo del materialismo es el egoísmo y la falta de respeto. Todas las ideologías y sistemas alienantes que nos oprimen se basan en el solipsismo existencial, y precisamente eso se cura con RESPETO, para con todos. De empleados a empleadores y viceversa!