DICCIONARIO ANTIHUMANO 36

Cabello rizado.- Enemigo a muerte de la peinilla, peine o cualquier cosa que intente ordenar tal caos.

Castigo.- Según el imaginario cristiano, es la pena que Jehová le impuso a Eva, por tentar a Adán. Dios le dijo: "Tú y tu descendencia pagarán esta culpa con sangre"; y cumpliendo con su naturaleza semítica, difirió el pago en cómodas cuotas mensuales.

Eficacia.- Antípoda de las instituciones estatales ecuatorianas.

Escombros.- Aquello que parece afirmar eso de que “el todo va más allá que la suma de las partes”. Hay veces que el autor siente que la sociedad actual no es más que escombros, que alguna vez constituyeron un “todo” mucho más glorioso.

Frontera candente.- Aquella línea transversal, que se dibuja en la espalda de las flacas hermosas.

Gays.- Patriotas consientes de la importancia de apoyar la industria nacional, particularmente la política, la de vaselina y del diseño de interiores.

Genealogía.- Ciencia que sirve para demostrar, que los antepasados son los mismos imbéciles que los parientes vivos.

Genética.- Enemiga a muerte de la política y la religión.

Hechizo.- Marketing.

Junio.- El mes en donde empezó y terminó todo.

“Me cago en todo”.- Expresión utilizada por las vacas anarquistas.

Misantropía.- Justificadísima y comprensible actitud, de aquel que ha viajado en transporte público quiteño.

Osadía.- Decir que la suegra es más linda que la novia.

Tacones.- Tortura auto infringida por las mujeres, que recuerda la sentencia: la belleza duele… a cada paso.

Temeridad.- Decirle a una mujer que es aquella en un millón que vale la pena.

Tolkien, jhon ronnald reuel.- Lo más grande entre los grandes, al menos en la mitad del siglo XX.

Vino.- Alimento de los vampiros. Se dice que una religión de tintes monoteístas, se nutre de él. Ancestrales leyendas hablan de los poderes afrodisíacos y atrayentes del vino, así como de las semejanzas con la sangre. A tal punto llega el arraigo de esta leyenda, que el profeta de esta religión dice perpetuar su sangre en forma de vino, siendo ambos elementos, capaces de elevar la calidad espiritual de los adeptos.