Alguna vez, conocí a la cuñada de un amigo del
colegio. Era la típica estúpida feminista que estudió antropología en la Universidad
Católica y con postgrado en la Flacso. Hasta ahí, todos saben que se trata de
la misma basura comunista nihilista, llena de relativismos y tibieza. La conversación
en la que la conocí fue algo tensa -para ella- dado que terminó calificándome
de "cerdo machista", además de "nazi" y "misógino"
y que ella no quería tener hijos porque no era “una fábrica de bebés” así como
que se casó con el hermano de mi amigo porque él también pensaba así. Su boda careció
de licor y fue vegetariana. La verdad no me importó ninguna de esos calificativos
que me dijo -dado que no son ciertos- y todo quedó en la nada, tan solo supe
decirle a modo de despedida "Lo que yo hablo, se refleja en la naturaleza,
por lo tanto es real, lo que tú dices, solo existe en las ideas, por lo tanto
es falso".
No la volví a ver nunca -gracias a los Dioses-
hasta que hace tres semanas, después de la boda de otro amigo, quienes quedábamos
consientes de la fiesta nos fuimos a "continuar" en la casa de éste
primer amigo que había mencionado. A altas horas de la madrugada, surgió el
tema de la cuñada. Me enteré que a estas alturas, era ex-cuñada, dado que se divorció
y se embarazó del primer idiota que le ofreció un futuro.
Una vez más, la naturaleza triunfó sobre las ideologías
vacías y materialistas... pensé.