IDENTIDAD MANUFACTURERA




Solía existir una especie de "identidad" en cuanto a los productos. Los autos europeos tenían su fama en cuanto a diseño, los americanos en cuanto a durabilidad. Las aeronaves eran características del primer mundo, así como las materias primas al tercero. Quién no hubiera alabado hace un siglo, los barcos ingleses o los aviones alemanes. O incluso, quién podría no reconocer a mitad de siglo XX el desarrollo estadounidense en tecnología, así como la fabricación de armas de la Rusia volchevique.

Cada nación tenía algo que la caracterizaba en su producción. Era su identidad... si cabe, dentro del orden global productivo.

La globalización, se hizo el "harakiri" o "sepuku" (si nos hacemos los cultos), al quitar la identidad productiva de los países. Ahora, todo el mundo se queja de los productos "basura" que se fabrican en China, pero a la vez, ponen el grito en el cielo si alguna nación pretendiese la exclusividad en la producción de algún bien. El "outsourcing" destruyó la identidad de la industria primer mundista, pero a la vez, puso la soga en el cuello de una sociedad acostumbrada a consumir productos de determinada calidad. Es obvio que la importación de manufacturas baratas, inclina a la baja la calidad; por lo tanto, no se puede esperar tener buenos productos a precio bajo. ESO ES IMPOSIBLE.

Pretender adquirir productos de calidad, a bajo precio, producidos al otro lado del mundo... y que cueste menos que lo que se produce en el suelo patrio... es el software que los globalistas han metido en la mente del proletario subyugado. La industria es una de las características de la identidad y precisamente, es uno de los caminos al desarrollo real de los pueblos.