Sapiencia



Cualquier estupidez dicha por una niña medio sabroza en una red social, arranca una avalancha de "likes" que buscan llamar la atención de la susodicha. Me pregunto si los arrastrados apoyadores de la mediocridad, se darán cuenta que en medio de otros cientos, su grito desesperado no llama la atención o siquiera cuenta. Se mimetiza entre cientos.

Y sé, que el "software modernista" de las niñas que leen mis post, automáticamente les hará decirme "que machista", con lo cual ESTOY DE ACUERDO. Yo si creo en la superioridad de lo masculino, no solo en lo físico, sino, por sobre todo en lo intelectual.

Mujeres que escriban cosas interesantes en la red... conozco muy pocas. Pocas pueden ir más allá de dar una información trivial nivel "Me desperté feliz" o del tipo "No hieras a quien te quiere", o cualquier banalidad por el estilo. 

Por otro lado, he tenido la fortuna de conocer a mujeres infinitamente valiosas. De esas pocas que pueden parir pensamientos propios, ideas valiosas, textos profundos o contenido de calidad. Mujeres que puedan interesarme más que por su talla de brasier o el color de la tanga que muestran en fotos. Mujeres que puedan hablar de metafísica, política, historia o cualquier ciencia exacta. Incluso, hablar de sentimentalidad, sin que suene a un guión de película de Disney de los 50s.

Muy pocas pueden dejar de subir fotos mostrando epidermis de más. Esa táctica marketera tiene, sin embargo, un predecible y oscuro final. Llegará el día, en que todas habrán de mostrar toda la piel que llevan por máscara... y... ya no lograrán llamar la atención, porque todas mostrarán lo mismo. Ya no habrá aquello que las hacía figurar en el cruel ranking de los likes a las gatas de instagram.

Por lógica, las mujeres que consigan atención... serán las que conserven aquello que nunca dieron. O sea, si mismas.

Hay mujeres que valen la pena. Lastimosamente, soy muy pocas. 

Pero he de decir, que he tenido la suerte de tener más de una.