David vs Goliat



¿Es aconsejable aceptar retos que estén por sobre nuestras capacidades?

Supongo las posibles respuestas estarán divididas. Hay quienes piensan que los retos sobre dimensionados representan una "oportunidad de crecimiento", lo cual, tiene mucho sentido, dado que el abordar tal cuestión y superarla, implicaría una elevación del individuo por sobre su condición previa. Es un pensamiento lícito y coherente.

También hay otros que podrían alegar que las tareas excesivamente demandantes, son algo por lo cual no se debe optar, dada la alta probabilidad de fallar y daños colaterales. También es un pensamiento coherente y lícito completamente.

Ahora, ¿cómo distinguir la opción correcta?

Fácil... ¡no hay opción correcta!


Los retos son eso mismo... retos; o sea, "otro" ejerciendo influencia sobre "uno".  Podría pensarse que el mismo consta de las siguientes partes:
  • Retador
  • El reto en si
  • El retado
Una vez más, nos encontramos con la dialéctica materialista conducente. Aquella hegeliana idea que nos dicta el eterno método Tesis-Antítesis=Síntesis. Curioso que Hegel no se haya planteado, por ejemplo, que sea uno el que se puede retar a si mismo... o sea, ser tesis, antítesis y síntesis al mismo tiempo... en si mismo.

Allá él. Lo que nos compete, es dilucidar si los retos pueden salirse de la dialéctica materialista. Digo esto, solo como experimento. Me resulta interesante demostrar el grave error de creer que siempre es otro quién reta, cuando de verdad, los retos que de verdad son complicados, son los propios.

Reza la conocida frase:

Solo venciéndote, vencerás
Muy cierto. No hay enemigo más acérrimo que uno mismo. No hay mayor montaña a trepar, que los impedimentos puestos por la propia razón. Es la mediocridad propia, la que nos doblega en el día a día. Son los vicios y la nula voluntad de dominio de si mismo, los que hacen flaquear las fuerzas. En resumen, uno es el enemigo a vencer. 

Dentro de lo señalado, cabe recalcar, que de superarse todo lo mencionado; el vencedor -o sea si mismo- es quien obtiene el beneficio, lo cual, desde la óptica ajena... no tendría mucho valor. Razón demás para afirmar todavía que el triunfo sobre la propia debilidad es la mayor de las grandezas, justamente porque nadie más lo puede verificar.

El "auto-reto", rompe con la dialéctica. Dentro de uno no hay "personas retadoras", a lo mucho, egos retadores... pero esa es harina de otro costal. Vencerse a si mismo y a la naturaleza propia, destruye los mecanismos de subyugamiento que pueden venir de cualquier otro. Incluso, el hecho de romper las cadenas de la propia conciencia al abordar desafíos extremadamente difíciles, nos da la pista de que la resolución de los retos imposibles -en el caso de ser propios- solo puede darse a base de altas dosis de irracionalidad...

Recordemos a aquellos gnósticos que nos hablaban del poder de los locos irracionales. Creo que no hay mayor locura que pretender ser algo mejor que uno mismo. 

Los reto a superarse.