Empresas religiosas multinivel



¡Riiiiiing!

Suena el timbre, como todas las mañanas. Me acerco a la ventana y veo a cuatro señoras ya entradas en años, con faldas largas y sombreros enormes en sus cabezas. Vuelven a timbrar y luego dos veces más. Pierdo la paciencia y salgo a encararlas.

-¿En qué las puedo ayudar?- pregunto.

-Queremos compartir con Ud. una información que le puede ayudar- responden.

Tomo aliento y como estoy con muchas ganas de hinchar las bolas decido responder:

-Las escucharé, si Uds me prestan oídos a mi también y me escuchan de la misma manera que yo lo haga- a lo cual ponen cara de orgasmo felino; supongo porque jamás nadie, nunca en los días de la existencia, decidió entrar en un diálogo con ellas.

-Conoce a Jesús- preguntan.

-Si, me parece algo flacuchento el tipo...- respondí.

-Pe... pero es nuestro salvador- alegan.

-¡Que va! Nuestro salvador es Lucifer- contraataco.

-Co... ¿cómo?- 

-Claro... miren... Lucifer tiene un cuerpo fuerte y musculoso. Yo a Jesús siempre lo he visto prácticamente en pellejos y harapiento. El viejo Lu tiene presencia... el chuchito parece muerto de hambre- dije, mientras me iba acercando a una de ellas con ademanes de abrazarla.

-¡Pero cómo se atreve!- respondieron al unísono.

-Es simple, en una buena pelea de artes marciales mixtas, según lo que acabo de describir, ¿quién creen Ustedes que ganaría?- cuestioné.

Diez segundos de silencio por parte de las cuatro, hasta que la más gorda y con voz chillona contrapuso diciendo -Pero Jesús murió por nuestros pecados- a lo que respondí -Lucifer vive por nuestros Espíritus-

En ese punto ya había abrazado por los hombros a la que se notaba, era la más joven -y por lo tanto, sin experiencia- del cuarteto del ring. Le dije entre acercándome a su oído;

-¿Cuánto les pagan por hacer esto?- con una voz bajita para que solo ella me oyera.

-Un sueldo...- dijo tímidamente.

En eso, la gorda de cara porcina se paró enfrente nuestro y me dijo, apuntándome con un dedo a la cara: 

-En nuestra iglesia, los primeros postulantes tienen que hacer este trabajo de apostolado. Es parte de la formación...- y ni se qué mas cosas pretendió decir, cuando la interrumpí diciéndole:

-¡O sea que son algo así como una empresa multinivel tipo Herbalife o Fuxion!-

En este punto de la mañana, las cuatro féminas tenían tan coloreada la cara -pero no por el tremendo sol- que me temí acorralado. Ya saben, esa sensación de furia que un grupo de mujeres que se sienten fuertes en grupo tienen, pero que solas no podrían. La alta que estaba a la derecha, con sus brazos de gallina divorciada tomo un libro de su maleta... lo reconocí. Era la biblia. En ese punto del caos, yo, que ya tengo experiencia en lides de confrontación religiosa, decidí poner fin al asunto. Después de todo, ese rato recordé que estaba haciendo unas papas fritas en la cocina y que seguro ya se habrían quemado.

-A ver señoras, si Ustedes pertenecen a una empresa que envía a sus vendedores en un sistema de "puerta a puerta", me permito aconsejarles una cosa. Procuren investigar a su competencia en el mercado, porque puede que estén trabajando para el pez pequeño del estanque. Yo sé que ganan su sueldo en base a las afiliciaciones  y nuevos clientes que consigan, pero, vuelvo y repito; las cosas les serán más sencillas si empiezan a vender el producto ganador- dije.

Acto seguido, cerré la puerta en la cara de la gorda, a la cual en mi mente bauticé de "miss piggy", para volver a la cocina a chequear mis papas. Al encontrarlas todas quemadas, alguna voz en mi cabeza dijo:

Malditos fanáticos religiosos

Pero mi boca rió.