Designios





Me pregunto si aquello a lo que llamo “mi suerte”, en realidad es mía. Me refiero a que si aquello que me ha sucedido, es completamente fruto de mis decisiones y acciones; dado que, siendo estrictamente científico en cuanto a posibilidades, es lícito preguntarse si “el otro” (sea cual sea) tiene grados de influencia sobre mí.

Esta cuestión de los designios del otro sobre uno, me resulta muy interesante. Sé que instantáneamente Uds. empezarán a alegar que nadie influye sobre uno… y yo, pondré simples ejemplos para demostrar que en realidad no es así en absoluto.

Desde el principio, es otro quién decide si vivimos o morimos. Tan sencillo que como si nuestra madre decide abortar, se nos cortó la existencia. He ahí el poder de otro sobre nosotros, incluso antes de nacer.

Son nuestros padres quienes deciden a que escuela iremos. O incluso, es la pobreza la que decide si no habremos de hacerlo. De igual manera con el colegio o en algunos casos la universidad. 

Es la necesidad y las carencias, las que hacen que la enorme mayoría de la gente busque cualquier trabajo para sobrevivir. Poco se puede elegir al respecto. De hecho, casi nada se elige en esta vida, pero quienes nos controlan nos engañan con la ilusión de que si.

Con estos pocos aspectos materiales de la existencia, se puede determinar fácilmente el grado de nula elección que casi la mayoría de seres humanos tiene. Son pocos los que pueden tomar ligera conciencia al respecto, y casi ninguno de ellos, tendrá la capacidad de entender tal fenómeno como para hacer algo al respecto.

Y ni nos metamos en aspectos metafísicos. Ahí la evidencia de falta de individualidad y de sumisión respecto a los designios es aplastante. Solo imaginemos si un día, Dios se cabrea porque no le hacemos caso y quema la creación. Desde ahí, no hay nada que hacer… al parecer.

¿O sí?

Son poquísimas las personas que pueden preguntarse acerca de una metodología para cortar con los designios ajenos. Y de esos, menos aún los capaces de conseguirlo. Es inevitable, al menos para mí, el desarrollar una enorme curiosidad al respecto. Si estás leyendo esto, es porque tal vez te sucede lo mismo y coincidimos en una sincronía inexplicable. La sincronía es aquel fenómeno metafísico que NO ES ARQUETIPICO, porque NO ESTÁ DESIGNADO. Obedece a otras leyes que están fuera de este mundo…

Me encanta coincidir con ustedes en este espacio sin designios.