El me embarazó...




Estamos en el año 2017.


Si, al parecer a algunos se les pasa por alto este hecho y hay que recordárselo. Digo esto porque a cada rato identifico dentro de todo mi campo de interacción social, aquél síndrome de “el la embarazó”. Lo he denominado así, porque es la frase que más se escucha y que se repite mecánicamente sin analizar las implicaciones de la misma. 

Ella es siempre la víctima


La cosa no es 50 y 50. No. Él tiene toda la culpa. Ella no tuvo nada que ver al abrirse de piernas y aceptar todo. No. Ella es un ente jurídicamente sin responsabilidad alguna. Ella no entiende nada de las implicaciones biológicas y posiblemente reproductivas del sexo. No, ella no puede cargar con nada, a pesar de que constitucionalmente sea “igual” que uno. O sea jurídicamente es y no es responsable de lo que decide sin decidir, a la vez que puede pedir compensación y expiación de algo de lo que ella no tuvo que ver… y así, el bucle infinito de idioteces que el progresismo legal ha traído a nuestras vidas. Perdón, a las suyas. Yo estoy fuera de eso. 

Si el hombre es siempre el malo, ¿Cómo deshacerse de la culpa?


Primero vamos a dejar claro algo. ¡NO SOMOS CULPABLES DE NADA! No hemos hecho nada de malo ni está en nuestra naturaleza el hacerlo. Con esto no digo que no existan hombres que sean absolutamente despreciables en su proceder, pero de ahí a insinuar -como hacen las enfermas de las  feministas- que somos monstruos desde que nacemos es un gravísimo error. 

Lo que los hombres somos -al igual que las mujeres- es simplemente seres naturales, o sea, aquellos que cumplen con su naturaleza. En nuestro caso, la naturaleza nos impulsa a buscar el sexo Y ESO NO TIENE NADA DE MALO. Simplemente somos así. No se puede criticar lo natural en un ser. Nadie que tenga dos dedos de frente puede alegar que un león sea “malo” solo porque tiene hambre y hace caso a su naturaleza de comerse a la cebra… o a la cebra por comerse la yerba… o a los microorganismos por comerse la yerba y así. 

Son las corrientes ideológicas de la modernidad las que niegan la naturalidad. Todas ellas quieren modificar la percepción sobre lo natural como método para controlar a las personas. No nos vamos a meter en eso por ahora. Lo que nos importa, es entender que justamente la forma de salirnos de cualquier sistema de control es volver justamente a lo natural. 

Entonces, lo natural es buscar el sexo, pero como conseguirlo sin tener consecuencias


Tal y como ya dije, estamos en 2017! La información está a un click de distancia. Existen toneladas de fuentes diversas en las cuales empaparnos de métodos de control de natalidad, los riesgos, enfermedades y demás aspectos de la vida sexual responsable. Por lo tanto, el primer paso es dejar la mediocridad y empezar a investigar en internet. Incluso hay que dejar los mitos que nos enseñaron en la escuela, además de los mitos urbanos o socioculturales que también se pueden encontrar. 

Solo si el hombre TOMA POR SI MISMO EL CONTROL SEXUAL NO REPRODUCTIVO, se puede garantizar la no concepción, desde el punto de vista del hombre. Quien conoce un poco de psicología femenina, sabe que la mujer en su enorme mayoría tiende a inconscientemente buscar la concepción porque justamente esa es su naturaleza; entonces, como conclusión obvia y ya que estamos en la moda de entender las naturalezas, si queremos que se nos respete en nuestra búsqueda de sexo, debemos respetar el natural deseo de la mujer -a nivel inconsciente- de quedar preñada. Conforme pasa el tiempo, tal deseo en la mujer es más evidente porque empieza a viajar hacia el lado consciente de su ser, además de las evidencias hormonales y psíquicas. 

Pero como somos hombres, y nuestra naturaleza es mayoritariamente objetiva, no nos resulta complicado entender que tal como he dicho, debemos ser nosotros los que tomemos el timón -como en todo- en el sexo, inclusive en los métodos anticonceptivos. Sobre todo, tener en cuenta que por la naturaleza femenina, la cuál muchas veces no pueden dominar, la mujer tiende a mentir o engañar respecto de cómo está usando el método anticonceptivo. 

Son innumerables los casos de “no sé cómo me embaracé, si nos estábamos cuidando”… saliendo de la boca de una mujer. Y si un hombre no aplica lo que le acabo de decir, es lícito que pague el resto de su vida por su necedad… y estupidez. 

¡Lideren en todo hermanos míos!