Abuelas sabias


Modernismo Vs. Tradicionalismo

Para quién tenga dos dedos de frente, está muy claro que la lucha actual de la humanidad se da entre ambas concepciones o cosmovisiones. Todo lo demás, son solo derivaciones de este conflicto primigenio que nos tiene en la mitad, tratando de aclarar qué es bueno y qué es malo, en medio de tanta ceguera gnoseológica.

Dentro de la familia, las abuelas suelen ser aquellas que, habiendo vivido más -como es lógico o se supone lo es- han logrado acumular una serie de conocimientos de base ética y moral que nos ayuden y marquen el camino. En la mayoría de casos se dan las cosas tal como digo, con las puntuales excepciones que toda regla suele tener, pero que no hacen mas que confirmarla.

Sufridoras en silencio


Siempre me dio risa ver como mis abuelas -paterna y materna- se contrariaban al ver las idioteces que hacían sus hijos, nietos y hasta bisnietos. Las pobres viejas sufrían en silencio, la mayoría de las veces, todas las modas y ocurrencias que las generaciones que les sobrevienen, solían tener. Sean modas respecto de la mutilación del cuerpo como tatuajes o "piercings", o imbecilidades ideológicas como el nieto socialista o la nuera liberal. Pobres viejas, insisto... cuánta idiotez han tenido que ver en sus pares sanguíneos.

Lo triste, es que solo cuando ellas se hallan al borde de la muerte, me han reconocido en la cara y a "calzón quita´o", que ellas cometieron el error de haber perdido la brújula moral de la familia, y que por lo tanto, asumían su rol de culpabilidad en cuanto a que el seno familiar perdió el código deontológico que se supone se tuvo antaño.

Son precisamente las abuelas, quienes guardaban el norte moral en las familias tradicionales. Entendiendo tradición en su forma filosófica... y no en la vulgar. La modernidad las invadió a ellas, y las volvió inactivas. Las convenció de que "ser moderna" era algo bueno y que cualquier ocurrencia que se de en las generaciones venideras, llegaba "para bien", porque lo nuevo de algún modo es bueno. Y que había que quedarse calladas...

¡Viejas tontas!

Ellas mismas han tenido que tragarse sus palabras -y sus actos- para terminar reconociendo que se equivocaron respecto de su inactividad y falta de reacción ante el avance de la modernidad. Se están yendo a la tumba, llevándose cuanto debieron decir en vida para guiar por el buen camino. Y lo peor, ¿Cómo se supone las generaciones actuales van a tener un código deontológico claro, si ese vínculo que eran las abuelas, se lo callaron por una generación, rompiendo la cadena?

El marxismo cultural triunfó con las ancianas, haciéndoles creer que cualquier cosa nueva es buena...