Madres e hijas



Si las orgullosísimas madres, supieran a ciencia cierta todas las actividades y experiencias de las que participan sus "sacrosantas" hijas, ¡se pegarían un tiro en la cabeza!

Y es que las madres/abuelas/tías que superen los 50 años al día de hoy, pertenecen a otro tipo de mujer. Me refiero a ese tipo de mujer que si se siente mujer, y no un hombre con vagina, como las "féminas" de hoy. Ellas vienen de un mundo en donde "lo femenino", tenía un valor, un grado de particularidad y misterio incluso. Al día de hoy, donde todo eso se ha perdido, dado que la "feminidad" es mostrada -lo cuál constituye una contradicción de por si- ya no queda nada por descubrir, porque todo se puede ver. Antaño, feminidad fue sinónimo de "aquello a descubrirse". No por algo, las mujeres DE VERDAD, solo permitían el acceso hacia sí, a aquellos individuos DIGNOS. Y no solo me refiero a que anatómicamente, la mujer está diseñada para "recibir", sino psicológicamente muchísimo más.

Salgamos a la calle. Abramos los ojos. 


Tetas y culos por todos lados. Y ni siquiera ejemplares dignos. Las partes pudendas de lindas y feas se muestran por igual. Ya ni siquiera se puede arguir que se muestra un poco de epidermis con fines comerciales (modelos posando) sino que en cualquier escondrijo de la selva de cemento se puede topar uno con considerables porciones de tejido epitelial de toda índole, color, olor... ¿sabor?

Y si así son en la calle, ¿Cómo serán en casa?

Al día de hoy, prácticamente todo adolescente tiene un teléfono celular y una conexión a internet. Además del consabido "derecho a la privacidad". Hecho este, que constituye prácticamente carta abierta para que las chiquillas hagan lo que sea, con las herramientas que les han sido concedidas.

Y si hacen un poco de investigación por internet, verán que se ha proliferado una moda respecto de las "webcams" de adolescentes. Las mismas, empujan a que las chicas que posean una cámara web, emitan "sesiones" de diferentes... llamemos "actividades" lúdico-amatorias desde la intimidad de su dormitorio. A cambio, reciben jugosas ganancias que son provistas por pseudo-machos beta, que tiran el dinero por ver a aquellas niñas haciendo cosas que no se pueden describir en este sitio tan puritano.

Si Usted conoce a alguna quinceañera, que inexplicablemente hace gala de vida de lujos que obviamente no podría pagar... sospeche... y haga una búsqueda en internet. Se sorprendería de lo que se puede encontrar...

Y los gobiernos, bien gracias. Saben que todo esto pasa, pero como el dinerito se mueve; no mueven un dedo.