Tal cual Ave Fenix, renacemos de las cenizas a
continuar con la lucha… y esto es para empezar con pie derecho!
Un artículo encontrado en la web…
Antecedentes de Jesucristo. A ver si la chusma
ignorante decide despertar
“Los Evangelios relatan una historia ficticia, compuesta en
base a mitos paganos y
sucesos contemporáneos acaecidos en Alejandría y otras
ciudades de Egipto, traspuestos
a Jerusalén.
“Ningún autor pagano contemporáneo de Jesús, o
inmediatamente posterior, describe
los hechos relatados por los Evangelios. Por lo tanto, éstos
carecen de toda confirmación
histórica, amén de presentar graves inconsistencias que
permiten sospechar
su falsedad, como las dos Genealogías de Cristo
completamente discordes entre
sí, presentadas por Mateo y Lucas para cumplir con diversas
profecías mesiánicas.
“La biografía de Jesús fue elaborada combinando los
siguientes elementos: “La
Inmaculada Concepción y la Anunciación del nacimiento de un
faraón divino, hijo
del dios Amón y la reina virgen, representadas en templos
egipcios de Luxor y
Karnak.
“La Natividad de Mitra el 25 de diciembre, fecha aproximada
del solsticio de invierno.
“La Adoración de los Magos al pequeño Nerón, según la
tradición de los tres magos
Tirídates, que saludaron al futuro emperador llamándole “rey
Mitra”.
“La condena a muerte del niño por parte del rey en diversos
mitos, como los de
Hércules, Edipo y Rómulo, que determina la ficción
evangélica de la Matanza de los
Inocentes. Dicho episodio es ignorado por todos los autores
de la época, incluyendo
el meticuloso historiador de los judíos Flavio Josefo, quien
odiaba al rey Herodes.
“La purificación por agua del faraón, ceremonia que copia el
Bautismo del rey de los
judíos.
“El mandamiento mitraico que reza: “Aquel que no coma de mi
cuerpo ni beba de
mi sangre, para ser uno conmigo y yo con él, no conocerá la
salvación”, el cual fue
puesto en labios del galileo, e instituyó la Divina
Comunión.
“La llegada de Dióniso al teatro de su pasión montado en un
asno, según aparece pintado
en numerosos jarrones antiguos, prefigurando la entrada
triunfal de Jesús a
Jerusalén, a lomos de un borrico.
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“La conversión milagrosa del agua en vino durante las bodas
de Dióniso y Ariadna,
antecedente de la atribuida a Jesús en las bodas de Caná.
“El apaciguamiento de las olas por parte del sacerdote de
Dióniso, Pitágoras, para
que sus discípulos pudieran pasar sobre ellas, milagro
idéntico al que se dice obró
Jesús en el mar de Galilea.
“La resurrección de una mujer por parte de Empédocles,
precursora de la resurrección
de Lázaro.
“La coronación por escarnio de un tal Carabas, acaecida en
Alejandría el año 38, y
relatada por Filón el judío con las mismas palabras y
circunstancias más tarde utilizadas
en los Evangelios sinópticos para relatar el episodio de la
Corona de Espinas.
“El indulto a un prisionero llamado Fibión por parte del
prefecto de Egipto G.
Séptimo Vegetus, a instancias de la multitud, en el año 85,
modelo del indulto concedido
por Pilatos a Barabbas a pedido del pueblo en el Nuevo Testamento.
“La exigencia por parte de una turba egipcia de erección de
estatuas imperiales en las
sinagogas, según Filón, utilizando una palabra (“anatithemi”)
que significa crucificar,
lo cual conecta dicho episodio con el pasaje del Evangelio
en que los judíos exigen
la crucifixión del nazareno.
“Las treinta piezas de plata en que tasaron sus discípulos
la vida de Sócrates, la
misma suma por la que Judas vendió a su maestro.
“El destino del justo señalado por Platón: “El hombre justo
tendrá que soportar que
lo azoten, y finalmente, después de toda suerte de
sufrimientos extremos, será crucificado”.
“La respuesta de Dióniso al rey Penteo, quien ordenó su
arresto y ejecución en Las
Bacantes de Eurípides: “No sabes lo que haces”, de donde fue
copiado el dicho del
Salvador en la cruz: “Padre, perdónalos, no saben lo que
hacen”.
“Los treinta y tres años de vida de Alejandro Magno,
igualmente atribuidos al
Salvador.
“La creencia en la Segunda Venida de Mitra para sacar a los
muertos de sus tumbas
y juzgarlos de acuerdo a sus méritos, tal cual se dice hará
el Salvador en el Juicio
Final.
“El simbolismo solar y lunar de Jesús determina numerosas
circunstancias de su biografía,
así como los personajes que lo rodean:
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“Según Juan, la muerte de Cristo en la cruz oscureció el
cielo, como un sol que entra
en eclipse.
“Los tres días transcurridos entre la muerte y la
resurrección de Cristo corresponden
a los tres días de invisibilidad de la luna nueva, antes de
renacer como cuarto creciente.
“La muerte de Cristo un 23 de marzo según la antigua
tradición cristiana mencionada
por Lactancio, y su resurrección un 25 de marzo coincidían
asimismo con el equinoccio
de otoño que marcaba el final y el comienzo del año
astrológico.
“Ichthys, nombre griego usado para designar a Cristo, hace
referencia al signo zodiacal
de Piscis donde se situaba el punto vernal a principios de
nuestra Era.
“El bautismo en el Jordán simboliza la inmersión del sol en
el río celeste o Vía
Láctea.
“Los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto
corresponden a los cuarenta días de
duelo que observaban los egipcios por Osiris.
“Como el lucero del alba precede la salida del sol, era
necesario fingir que Jesús tuvo
un precursor, llamado Juan el Bautista.
“Y puesto que Israel tiene doce tribus, una por cada mes del
año, el Mesías hebreo
debía contar con doce Apóstoles, ni uno más, ni uno menos.
Algunos de los mencionados
como tales pueden ser esenios que nunca vieron de cerca o de
lejos a Jesús, los
más son simplemente nombres inventados para completar el
número canónico.
“En cuanto a los Evangelistas, Marcos el león, Lucas el
toro, Mateo el ángel y Juan
el águila, simbolizan los cuatro elementos, fuego, tierra,
agua y aire, correspondiendo
uno a cada estación del año solar y a cada fase de la luna.
“Antes de ser compuestos los Evangelios, los esenios
depositaban esperanzas mesiánicas
en el Maestro de Justicia, líder de su secta. Este se creía
llamado a revalidar la
gesta de Josué, quien llevó a los hebreos a la Tierra
Prometida, atravesando el Jordán.
Como quiera que Josué y Jesús son el mismo nombre en idiomas
distintos, y que
Marcos apócrifo concibe el regreso de Lázaro a la tumba como
cruce del Jordán, la
gesta de Josué puede compararse al cruce del río estigio
para llevar a las almas a la
Tierra de Promisión.
“Pero este Jesús del Antiguo Testamento envía doce hombres,
uno por cada tribu de
Israel, a recoger doce piedras del río, con las cuales erige
un monumento conmemorativo
de su gesta. Y Jesús de Nazaret envía doce Apóstoles a
predicar sus enseñan-
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zas, y erige su Iglesia sobre el llamado Pedro, cuyo nombre
significa Piedra.
“Así tenemos un Jesús intemporal, considerado como salvador
y guía de las almas,
a quien siguen doce hombres comparables con piedras. Este
Jesús era el prototipo del
Maestro de Justicia esenio, quien se enfrentó al Sacerdote
Malvado, jerarca del templo
hebreo. Tras la crucifixión de judíos ordenada por Alejandro
Janneo en 88 antes
de la Era cristiana, pudo asociarse definitivamente, al
Redentor Jesús el tema de la
cruz, que de hecho se insinuaba en otros mitos mesiánicos.
“El complejo de creencias cristiano anterior al siglo I ya
tiene doce acólitos como
personajes secundarios, una crucifixión como argumento, y un
Redentor mítico llamado
Jesús como protagonista, tanto antiguo como actual -en la
figura de su epígono,
el Maestro de Justicia esenio- de la lucha por la
instauración del Reino de Dios.
“Pero el pensamiento esenio aún es circular, como el del
resto del mundo pagano. Es
Pablo quien corta el eterno retorno del Mesías, declarando
válido por toda la eternidad
el sacrificio en la cruz. Su prédica fue seguida de
inmediato por la conquista
romana de Jerusalén, con lo cual no hubo más Maestros de
Justicia. Los, esenios exiliados
en Alejandría se encontraron ante la disyuntiva de morir en
su fe, o transformarse
para sobrevivir. Eligieron esto último, para lo cual sólo
tuvieron que seguir el
camino trazado por Pablo, y redactar la biografía ficticia
de ese Salvador cuyo sacrificio
no necesitaba repetirse para ser eficaz como instrumento de
Redención.
“Los tres Evangelios sinópticos fueron escritos en
Alejandría, con el objeto de presentar
a los gentiles comenzados a convertir por Pablo una
semblanza verosímil de
Cristo. En su afán por dar relieve al personaje, sin
embargo, Marcos comete un burdo
error, al presentar a Jesús citando la traducción griega del
Antiguo Testamento en sus
argumentos contra los fariseos, en lugar del original
hebreo. Se pone así de manifiesto
que sus palabras no son las de un supuesto Mesías galileo,
sino las del judío helenizado
que escribió su biografía.
Pero no había posibilidad para los conversos de Alejandría y
Roma de verificar acontecimientos
que se decían ocurridos en Jerusalen. Y así pasó esta
ficción literaria
hebrea a ser adorada como el Hijo Único de Dios por todo
Occidente, durante más
de un milenio. Sic transit gloria mundi.”